Esa tarde había visto el muro. Virgen y pálido como una Venus en la concha, sedujo su paso y lo obligó a regresar furtivo en la noche para acariciar con su aerosol sus relieves toscos de adobe y cemento. Su mirada perdida en los caminos del muro y su oído atento al aerosol no sintieron los pasos que avanzaban a él.
Fotografía: Fernanda González |
- “Quihubo hijueputa”!- Le gritó un hombre que no pudo ver bien.
No había tiempo para correr y no pudo contestar nada. Una bota golpeo su cara, un palo su espalda, la cacha de un revólver su cabeza; y continuaron los golpes hasta que en el piso solo pudo ver el último trazo en el muro.
Fue esa la última vez que pintó ilegal en Medellín. Los paramilitares ese día lo golpearon brutalmente y amenazaron de muerte; “senté cabeza y pensé en la responsabilidad que tengo con la familia y con el trabajo”, dice Numak.
Numak Fotografía: Fernanda González |
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